La pérdida de un ser querido es uno de los procesos más dolorosos que como seres humanos experimentamos, no encontramos consuelo, todo se hace oscuro y no hay una explicación de lo que está ocurriendo. Permítanme hablarles sobre la pérdida en tiempos de coronavirus; jamás pensé que iba a experimentar esto de cerca. No puedes abrazar, solo puedes tener contacto a seis pies de distancia y con las debidas precauciones. Si tienes suerte, estás invitado(a) al sepelio, pero, solo a cierta parte del cementerio porque ese último adiós es restringido. Si hay suerte, ciertas personas son las que podrán estar frente al ataúd; como mucho 15 minutos y, la ceremonia de recordación será de manera virtual. Hoy, familias lloran… más allá de la pérdida, es la impotencia de no poder hacerlo como merece cualquier ciudadano. ¡Esto no es un juego, esto es serio!